El Arca de Chernóbil

El Arca de Chernóbil

Jean Lutz SA ha participado en la construcción del nuevo sarcófago de Chernóbil.
El objetivo era controlar la instalación de los pilotes que soportaban los raíles sobre los que se deslizaba la monumental estructura.

Los desafíos de la obra de Chernóbil

El 26 de abril de 1986 explotó el reactor nº 4 de la central de Chernóbil, situada en la frontera entre Ucrania y Bielorrusia.

600.000 liquidadores se sucedieron apresuradamente para apagar el núcleo del reactor fundido. Construyeron rápidamente un sarcófago de 7.300 toneladas de arquitectura metálica y 400.000 metros cúbicos de hormigón, pero la estructura se agrietó en la década de 1990 y amenazó con liberar materiales radiactivos.

En 2007, Novarka, una empresa conjunta entre Bouygues y Vinci, se encargó del diseño y la construcción de un nuevo sarcófago, conocido actualmente como "el arca". Este proyecto, único en el mundo, confinará y rodeará sarcófago primario. Su objetivo es confinar materiales radiactivos, proteger a los trabajadores in situ, proteger el sarcófago primario de agresiones climáticas y permitir posteriormente las operaciones de desmantelamiento de la unidad 4 de la central.

El arca, una proeza técnica inédita

Compuesta por un armazón metálico de 2.500 toneladas, "el arca" alcanza dimensiones colosales: 108 m de altura, el equivalente a un edificio de 30 plantas, 162 m de ancho y 257 m de longitud, dimensiones que permitirían cubrir el Stade de France.

Cimentada sobre dos vigas de hormigón, el arca está ensamblada en un lugar adyacente al reactor, a unos 300 metros de distancia, lo que permite proteger a los trabajadores de las radiaciones tóxicas. Una vez ensamblada, el arca se deslizó sobre raíles, mediante cilindros, hasta alcanzar su posición final, por encima del sarcófago primario. El movimiento sobre raíles permite limitar al máximo las vibraciones.

Instalación de los equipos - DIALOG

La empresa Jean Lutz fue seleccionada para proveer la instrumentación destinada a controlar la instalación de los pilotes que soportaron los raíles.
En los equipos de perforación instaló aparatos Dialog TCT para pilotes perforados que permiten medir la posición de los pilotes a través de un sistema GPS, la desviación en tiempo real, la presión de fondo durante el hormigonado de los pilotes y el perfil del pilote resultante.

El control de la verticalidad es un punto crítico en esta fase de la obra, ya que el subsuelo es heterogéneo y la perforadora podría desviarse por efecto de objetos enterrados.

El GPS del Dialog funciona con dos receptores situados en la parte superior de la barrena y un tercer receptor en el suelo, de forma que la localización se indica con gran precisión, del orden de 3 cm.

El segundo elemento que cualifica particularmente los equipos Jean Lutz corresponde a la especificidad del entorno de trabajo y a las normas de seguridad que rigen la intervención de los operarios en la obra de Chernóbil. El tiempo de trabajo cerca del reactor está limitado a una hora por día y por persona. Al cabo de este tiempo, el dosímetro personal que mide la exposición a la radiación de los técnicos indica que se ha alcanzado la dosis diaria. Por lo tanto, la instrumentación debe ser completa y lo más fiable posible para evitar cualquier operación de reparación o mantenimiento que aumente los tiempos de ejecución de la obra, pero también simple y fácil, de modo que los operarios puedan trabajar rápida o incluso intuitivamente.

La instrumentación en servicio

En 2013, dos especialistas de Jean Lutz acudieron al lugar para montar el material, realizar las pruebas y formar a los operarios.

"El resultado indica que el material cumple plenamente sus funciones, porque tras 6 semanas de su puesta en servicio ya se había construido el 20% de los pilotes", indica Marc Lutz, que supervisó in situ la puesta en servicio del material.